Esta vivienda familiar de 107 m2 requería abrirse y reconfigurarse. Para ello se llevaron ciertas actuaciones. Por un lado, se eliminó uno de sus accesos y se unificaron los espacios originales de salón, hall de entrada, despensa y cocina, creando así un gran espacio común de estar, donde se dispuso una estupenda cocina abierta con una enorme mesa a cuyo alrededor se desarrolla la vida familiar.

El acceso a los baños se modificó, para conseguir que a uno de ellos se acceda desde el dormitorio principal, convirtiéndolo en suite, y al baño pequeño se accede desde el pasillo, logrando con esto ampliar el tamaño del plato de ducha. El balcón se cerró dado que la familia necesitaba un espacio de lectura cómodo y luminoso.